domingo, 23 de febrero de 2014

22/28 紅高粱 / Sorgo Rojo (China, 1987)

Sorgo Rojo es una película basada en dos libros de Mo Yan. La opera prima del el cineasta chino Zhang Yimou, ganó un Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Berlín de 1988. Su ópera prima supone también el inicio de su colaboración con la actriz debutante Gong Li, que sería constante a lo largo de las carreras de ambos. 

Es la adaptación épica y lírica de un relato que originalmente aspira más al realismo y a la denuncia. La historia de los abuelos del narrador del filme está contada por Yimou exclusivamente desde la perspectiva de los grandes sucesos (por lo general desafortunados) que les acontecieron, excluyendo cualquier referencia a la vida cotidiana de la pareja, que solo parece existir en un continuo torbellino vital que incluye asaltos, secuestros, violaciones, muerte, fuego y sangre. Zhang Yimou, sabedor de sus cualidades como fotógrafo, las explota en beneficio de un relato tan bellamente filmado que casi olvidamos lo truculento de los hechos escogidos para mostrarnos, distraídos por el movimiento que el viento imprime al sorgo, ondas que a la vez son vida y muerte; por los destellos escarlata del vino, por las granates puestas de sol, por la enorme luna que preside las noches desérticas, por el fuego siempre presente, por los primeros planos del bello rostro Gong Li, constituida en el personaje que cataliza y polariza todos los sentimientos de los demás participantes de este relato trágico, tan fascinante en su concepción visual, como manipulador en cuanto a la temática sórdida que exhibe. Presidiendo todo y por encima de cualquier otro elemento formal, Yimou arroja sobre nuestros ojos una catarata de color rojo, omnipresente en este relato de pasiones en ebullición “En los quinientos años de tradición cultural china, el color rojo ha representado simplemente la pasión encendida, la cercanía del sol, el fuego en brasas, la sangre caliente. Pienso que para toda la humanidad tiene esa clase de sentido intenso”, refiere el director en la misma entrevista mencionada. 




Tal crudeza y la exacerbación, tanto de los actos como de las emociones y los afectos, parecen disculparse por la época que aparentemente se está describiendo, un momento perdido en las arenas del tiempo, una era donde se funde la magia con la realidad y que podría estar situada en el siglo XVIII de nuestro calendario. Los personajes son campesinos, viven en una zona desértica y cuentan con mínimas condiciones de vida, sobreviviendo de una destilería artesanal de vino elaborado a partir del sorgo. De repente vemos al ejército japonés dándoles órdenes y maltratando a esos mismos campesinos y entendemos que lo que hemos estado viendo ocurre en el propio siglo XX, durante la segunda guerra sino-japonesa, y que simplemente la pobreza y el aislamiento de los pobladores chinos nos hicieron pensar algo diferente. La exhibición pública de las miserias del pueblo chino fue mal vista por los censores del gobierno, que prohibieron la presentación de Sorgo rojo en ese país. Según la cronología del libro de Mo Yan, la película se inicia en 1926 con el matrimonio por conveniencia de Jiu'er, la joven abuela del narrador del relato, y termina en 1939, cuando ella es asesinada. Sin embargo el libro relata –en cinco partes- la historia de sus descendientes hasta los años setenta del siglo XX. Yimou y los guionistas Chen Jianyu y Zhu Wei solo adaptaron las dos primeras partes del libro para ganar agilidad narrativa y no tener que comprimir demasiado los hechos. (cita)

El mayor o el primer impacto de esta película es esencialmente visual: Yimou logra que la pantalla contenga y exponga toda la emoción y el drama mediante un tratamiento del color y de la imagen nunca vistos hasta ese momento, y que enciende de rojo y simbolismos cada centímetro de la trama.

Es minuciosa y sorprendente en sus descripciones, desde cómo se elabora y se cuida ese vino hecho del sorgo hasta cómo se transforma en rojizo también ese ímpetu amoroso entre los amantes. Pero el segundo y tan crucial impacto es el tratamiento de Yimou de la figura femenina, otorgándola ya de un carácter y de un atractivo emocional que sería una constante de toda su posterior y brillantísima obra. (cita 2)





La película, retratada con un lirismo delicado y, a veces, con una tremenda brutalidad, recorre las vidas de todos estos personajes por medio de la voz en off del nieto de los protagonistas lanzando una mirada aguda a la historia reciente y actual del país: hay ataques velados a las tradiciones ancestrales pero absurdas que oprimen a las personas, al clasismo de la sociedad, al papel secundario impuesto a la mujer y a la invasión de los japoneses -este ataque ya nada velado-, que se creyeron superiores al resto del continente asiático (violentísimas algunas escenas de este tramo del filme). Los encuadres son bellísimos, acentuados por la narrativa pausada y poética. Los colores son un protagonista más, como siempre ocurriría ya en la obra de Yimou: expresan los estados de ánimo y, aquí, representan la calidez, la pasión y a la vez la esperanza que emana de la tierra. El vino de sorgo, rojo sangre, representa esta esperanza. Sorgo Rojo fue el comienzo de una época de expansión para el entonces ignorado cine chino. (cita 3)


Título original: Hong gao liang (Red Sorghum)
Año: 1988
Duración: 91 min.
País: China
Director: Zhang Yimou
Guión: Chen Jianyu, Zhu Wei, Mo Yan
Música: Zhao Jiping (AKA Zhao Ji Ping)
Fotografía: Changwei Gu
Reparto: Gong Li, Jiang Wen, Teng Rujun, Liu Ji, Qian Ming, Ji Chunhua
Productora: Xi'an Film Studio
Sinopsis: China, año 1930. Jiu’er (Gong Li), una joven china está obligada a casarse con un rico anciano dueño de una bodega de vino de sorgo que, además, es un enfermo de lepra. Así lo ha decidido su padre. Jiu'er es comprada por el leproso, pero ella se enamora de uno de sus sirvientes. El matrimonio no llega a consumarse y cuando el anciano muere en extrañas circunstancias, Jiu’er hereda el negocio. En China en tiempos de paz, el sorgo era utilizado como ingrediente de un potente vino. Sin embargo, en tiempos de guerra, éste se convierte en el foco de la lucha, cuando los japoneses invaden parte de la población y tratan de reducir el sorgo para dar paso a una carretera. La película está acompañada de un relato en off, cuya voz pertenece al nieto de Jiu'er que cuenta la historia de amor y muerte de sus abuelos.




La historia de cómo Sorgo Rojo llegó a este estatus es curiosa: expuesta en el Festival de Cine de Berlín, muy pocas personas quisieron entrar a la sala en la que se proyectaba a causa de sus prejuicios hacia el cine oriental, un cine del que conocía muy poco (aparte de los clásicos maestros japoneses Kurosawa, Mizoguchi y Ozu) y que era tachado por muchos ignorantes de aburrido y de frío. Este cine no estaba tan extendido entonces, y una película china de un director desconocido y debutante no era un plato especialmente suculento. Al arrancar la historia, con la escena de la cabalgata, muchos abandonaron la sala (incluso algunos críticos). Los que se quedaron no se arrepintieron. “Sorgo Rojo” ganó el Oso de Oro, y desde allí su recorrido por los festivales de Europa y los USA fue fulminante. (cita 3

Este es el mismo director de la bellísima película El camino a casa el número uno de este conteo de Febrero.


Sorgo rojo (en chino con subtítulos en inglés)




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