miércoles, 5 de marzo de 2014

1. La tecnología del orgasmo.





 «¿Cuándo hizo Dios al hombre? Cuando Ella se dio cuenta de que los vibradores no pueden bailar».






 La tecnología del orgasmo. La histeria, los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres. Rachel P. Maines. Traducción Mónica Mansour. Publicado en Debate Feminista (año 12; vol. 23; abrl 2001)




Dentro del proceso de conocimiento y apropiación de la historia que desde la perspectiva de género se ha desarrollado es importante conocer la historia de la medicina pues esta ciencia ha sido la principal area del conocimiento en occidente a quién se le ha asignado la importísima tarea de definir la salud y la enfermedad, lo normal y lo anormal. 

No nos vamos a extender en la discusión de la "subjetividad" cultural de la "ciencia occidental" y mucho menos de la medicina, eso ha sido ya debatido en otros espacios. Lo importante es conocer los procesos de discriminación, normalización y naturalización del discurso médico a lo largo de la historia, es especial en lo referente al concepto de salud y capacidades físicas, mentales y sexuales de la mujer. Gran parte de los discursos de justificación de otras ciencias como el derecho y la política están sustentados en el discurso "médico-científico" dando a entender con ésto que es un conocimiento irrefutable y neutro. Sus posiciones sobre la madurez y capacidad mental de la mujer han dado pie a la infantilización, por no decir imbecilización de la mujer. Asimismo sus teorías sobre la sexualidad femenina han dado permiso y justificación a las conductas más aberrantes y violentas que van desde la venta, el casamiento obligatorio, el maltrato, la no educación hasta el abandono, la mutilación, tortura, violación, prostitución y muerte por el hecho de ser mujer. 

El texto que recomiendo es un estudio sobre la historia del vibrador, que lejos de ser un invento creado para el disfrute de la mujer fue un instrumento médico para tratar la histeria. Así como lo leen, la mujer iba al consultorio del doctro, simpre hombre, a recibir sesiones de masturbación a fin de ser curada de la histeria. Bienvenidos al fantástico mundo de la ciencia médica donde todo tiene un fin terapeútico.

Durante mucho tiempo busqué este texto en internet (yo lo leí impreso cuando fue publicado en la maravillosa revista Debate Feminista (año 12, vol. 23; abril 2001) pues creo que es un artículo muy interesante sobre la medicina occidental y sus prejuicios (y abusos) y me interesaba compartirlo, incluso comencé a teclearlo, pero es muy largo y nunca lo acabé. Ahora en este marzo, finalmente, encontré la versión electrónica. 


El artículo es de Rachel P. Maines. Historiadora estadounidense, con formación en ciencia y tecnología de la antigüedad, y en lenguas clásicas. Es científica visitante en la Cornell University School of Electrical and Computer Engineering, le interesa especialmente la historia de la tecnología, y en particular los temas que se refieren a la tecnología y al cuerpo humano, incluyendo sexualidad, medicina, riesgo tecnológico y epidemiología de lesiones. Es autora de numerosos artículos y publicaciones. 

La traducción es de Mónica Mansour. Poeta, narradora y ensayista argentina. Radica en México desde 1954. Estudió letras hispánicas y la maestría en letras iberoamericanas en la FFyL de la UNAM. Ha sido investigadora de filología y profesora en la UNAM; promotora cultural en la SEP. Traductora de Tommasso di Ciaula, Roman Jakobson, Umberto Eco, Albert Béguin, Anthony Phelps, Mircea Eliade, Amos Segala, Nicole Brossard, Louise Lassonde, Émile Martel, René Daumal, Paul Bowles, Edouard Glissant, Alphonse Piché, Judith Butler, entre otros.



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